miércoles, 11 de septiembre de 2013

Otra editorial que apunta a los clásicos traducidos

Según el presente artìculo de Adolfo Torrecilla, publicado por Suma Cultural, de España, el 19 de agosto pasado, Hermida Editores busca profundizar en la tradición europea mediante traducciones.

"Apuntamos hacia traducciones 
de grantes autores"

De Voltaire a la Pardo Bazán, Hermida Editores quiere ahondar en la gran tradición de la literatura europea

Jaime Fernández es, además de escritor, coeditor de Hermida Editores, una joven editorial con dos años y medio de vida fundada por Alejandro Roque Hermida y Mónica Mesa, y que viene a enriquecer el mapa de las pequeñas editoriales que han aflorado en los últimos años en nuestro país.

Hermida Editores comenzó en 2010 con la colección “Artistas Actuales”, en la que han publicado varios títulos. Luego lanzaron “Narrativa Contemporánea”, en la que ha aparecido la novela de Eduardo Iglesias, Cuando se vacían las playas. En los últimos meses han lanzado la colección “El Jardín de Epicuro”, dedicada a los libros de No Ficción, done se han publicado El judaísmo en la música, de Richard Wagner, texto inédito en castellano que se publica con una magnífica introducción a cargo de Rosa Sala Rose, experta en literaturas germánicas y traductora; El pueblo en la guerra, de Sofía Fedórchenko, donde se recuperan diferentes testimonios de soldados rusos en el frente de la Primera Guerra Mundial; y Aforismos, de Voltaire, una selección de textos breves extraídos de su correspondencia. También han publicado dos relatos del escritor ruso Vladimir Korolenko, fallecido en 1921: Yom Kipur y El sueño de Makar, y una antología de los relatos de Emilia Pardo Bazán, Cuentos de amor.

Iniciativas como Hermida Editores, y otras muchas que, menos mal, siguen apareciendo en el movedizo y agitado mercado editorial español, permiten ofrecer una variedad de títulos y autores que los grupos editoriales, interesados principalmente en la industrial del best seller, nunca editarán.

--¿Por qué embarcarse en un proyecto editorial en plena crisis?
--Por supuesto, somos conscientes de que este no es el mejor momento. Nos encontramos ante una doble incertidumbre: mientras la crisis económica va para largo y se prevé una recuperación muy lenta, la crisis del sector editorial no parece tener fin. Hemos decidido que no por ello vamos a cruzarnos de brazos. Tendremos que acostumbrarnos a este cielo lleno de nubarrones y trabajar como se ha hecho toda la vida. Para una editorial como la nuestra, que acaba de dar los primeros pasos, lo importante es la lluvia menuda, ir publicando un título tras otro y mejorando día a día. Todo lo demás son especulaciones que no conducen a nada.

--¿Cómo definirías el perfil de la editorial?
--Aparte de los libros publicados, para nosotros el perfil viene definido por la colección El Jardín de Epicuro que abrimos en otoño pasado con la traducción de El pueblo en la guerra. Testimonios de soldados rusos en la Primera Guerra Mundial, de Sofia Fedórchenko, un libro que por primera vez se ha vertido al español y que fue muy elogiado por Thomas Mann y Canetti. La línea editorial apunta hacia traducciones de grandes autores y de obras que no han sido traducidas o que son poco conocidas en España, y de gran importancia en el pensamiento europeo. De ahí nuestra apuesta por el magnífico escritor ucraniano Vladímir Korolenko, al que ya editamos en eBook en 2009, después de varias décadas ausente en el panorama literario español, o la edición a cargo de la prestigiosa germanista Rosa Sala Rose de El judaísmo en la música, el panfleto antisemita de Wagner que nunca había sido traducido a nuestra lengua y que, sin embargo, es mucho más importante de lo que parece para comprender el universo operístico del compositor alemán del que este año se conmemora el bicentenario de su nacimiento.

--¿En qué medida puede influir en el proyecto la convivencia del papel con la lectura digital?
--La editorial ofrece a los lectores la posibilidad de elegir entre las dos versiones, el libro en papel y la versión digital. Eso no significa que no apostemos por el modelo tradicional, que es nuestro principal objetivo, y por tanto, por la cadena de distribución cuyo destino final es la librería. ¿Por qué no van a seguir conviviendo ambos modelos? Por suerte todavía tenemos un público lector variado. Hay lectores que prefieren continuar con el libro de papel, por costumbre o porque se manejan mejor con él, y que acuden con cierta periodicidad a sus librerías de referencia, y quienes optan por la versión digital, quizá porque también se acostumbrado a este formato.

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