miércoles, 8 de abril de 2015

Hay más Marina Tsvietáieva vía Selma Ancira


José Oliva –que tuvo la osadía de llamar “poetisa” a una poeta– publicó en La Vanguardia, de Barcelona, del 4 de abril pasado, esta nota-entrevista (o reprodujo un cable de EFE, no está claro) anunciando la aparición de un nuevo texto de Marina Tsvietáieva, traducido por la mexicana Selma Ancira.

Selma Ancira traduce los 
Diarios de la Revolución de 1917  de Tsvietáieva

Barcelona, 4 abr (EFE).- La filóloga y eslavista mexicana Selma Ancira ha publicado la traducción de los Diarios de la Revolución de 1917, de la poetisa rusa Marina Tsvietáieva, que, según ha explicado, "tienen el atractivo del estilo literario, que no es menor al que utiliza en su prosa u otros relatos autobiográficos".

Diarios de la Revolución de 1917 (Acantilado) reúne fragmentos de los diarios de Tsvietáieva durante uno de los períodos más dramáticos de la historia de Rusia, ante el cual expresa su tremenda peripecia vital: la soledad, las estrecheces y las penurias que la revolución trajo consigo.

"No son unos diarios en el sentido vital, sino que con su capacidad observadora da cuenta de lo que se está viviendo en el momento de la revolución", ha explicado a Efe Selma Ancira.

Estos diarios tienen, indica Ancira, un atractivo añadido, pues Tsvietáieva "los intentó publicar en vida y antes de proponérselos al editor, los reescribió y revisó, por lo que, además de la inmediatez recogida en la observación, están escritos con un estilo literario muy cuidado".

Para esta edición, Ancira ha tenido la oportunidad de trabajar "a partir del original retrabajado por la propia Tsvietáieva, con sus notas".

En el texto, Tsvietáieva no toma partido frente a la revolución: "No dice quiénes son los buenos, sino que simplemente retrata lo que pasa en 1917, 1918 y 1919 como testigo e invita al lector a extraer conclusiones".

Aunque en una frase señala que "de los bolcheviques no he recibido más que bondades, en realidad el lector va viendo que fueron unos años desgarradores, aunque nunca pierde la alegría, la pasión por la vida".

Uno de sus aforismos no deja mucho espacio a la duda cuando dice en Moscú en 1919 que "la política es sin duda una infamia, y de ella no se puede esperar más que infamias", y añade a continuación: "Que la infamia sea alemana o rusa -no veo la diferencia y nadie la puede ver. Si la Internacional es un mal, el Mal es internacional".

Tsvietáieva vivió en Rusia hasta 1922, año en que se exilió, primero en Bohemia y luego en Francia, pero en 1939 volvió a la Unión Soviética, donde dos años más tarde, condenada al ostracismo, puso fin a su vida.

Después de traducir Viva voz de vida y Mi Pushkin, ambas de Tsvietáieva, Ancira publicará próximamente la abundante correspondencia con Anna Teskova, que fuera directora de la Unión checorrusa.

En Acantilado tiene previsto publicar otros tres libros a lo largo de 2015: Orestes de Yannis Ritsos en junio, Vida y andanzas de Alexis Zorba de Nikos Kazantzakis en septiembre y Después del baile, de Tolstoi en noviembre, anuncia Ancira.

En relación a Tsvietáieva, una de las grandes poetisas del siglo XX, remarca Ancira, le queda por traducir prácticamente toda la prosa, muchos diarios y correspondencia, sus obras de teatro, sus cuadernos de trabajo y mucha de la poesía.

"Tsvietáieva me seduce, me hechiza, me obliga a trabajar con mi español, a encontrar su estilo, a pesar de las diferencias que hay entre el ruso y el español", confiesa Ancira, quien distingue "las diferencias de cadencias y melodías del ruso de Tsvietáieva, Tolstoi y Pushkin..





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