miércoles, 8 de marzo de 2017

Lo que sigue es una columna del periodista irlandés Frank McNally (foto), publicada el 1 de marzo pasado en el diario The Irish Times, de Dublín. La traducción, laboriosa por cierto, así como las varias aclaraciones entre corchetes, son obra de la sufrida Julia Benseñor,


Ars poética: Diario de un irlandés sobre lo que se pierde en una traducción

A raíz de una reciente columna que publiqué el 8 de febrero (“The Stylebookof Leviticus”), en la que cuestioné los conocimientos históricos de los estadounidenses al adoptar la forma “ass” [que significa, al menos, trasero, burro y tonto] como versión más refinada del término anglosajón “arse”, un lector me remitió a allpoetry.com, un sitio de Internet con sede en California.

Este sitio se presenta como el sitio de poesía “más grande del mundo”. Allí se publican poemas de todas las épocas. Entre los numerosos clásicos que contiene, está la obra épica de Patrick Kavanagh, The Great Hunger [El gran hambre].

Se trata de un sombrío retrato de la Irlanda rural de 1942 vista a través de las palabras y el pensamiento de un campesino soltero llamado Patrick Maguire. Pero a los efectos de lo que nos ocupa, el fragmento en cuestión es aquel en el que Maguire, tal como se cita en este sitio de Internet con asteriscos y todo, dice lo siguiente: “Is that Cassidy’s *** out in my clover? Curse o’ God/ Where is thatdog?” [El *** de Cassidy está sobre mis tréboles? Desgraciado/¿dónde se metió ese mastín?”

La palabra que falta es “ass” y, tal como lo revela una atenta lectura del poema, Kavanagh hace referencia a la variedad de “ass” que tiene cuatro patas y sabe rebuznar. O sea, asno y no ano.

Para ser todavía más claro, el asno se está comiendo los tréboles de Maguire; de allí, su deseo de mandarle al perro para espantarlo.

En cambio, el editor de la poesía decidió que la palabra se refería a la anatomía humana, por lo que supongo que el espectro del trasero de Cassidy —sobre los tréboles o donde fuese— podría resultar un tanto alarmante. Podríamos perdonar el puritanismo. Salvo que The Great Hunger es uno de los pocos poemas clásicos —tal vez el único—  que incluye ambas acepciones de la palabra que empieza con "a". Y en el caso de la otra acepción, Kavanagh fue mucho más explícito. Para ilustrar la estrecha visión del mundo que tiene el protagonista, el poeta dice que la mayor felicidad de Maguire era “limpiarse el trasero/en el pasto perenne/en la orilla de un arroyo estival”. Y adivinen qué. Esa palabra no fue censurada por el sitio californiano de Internet. No hay ni un“ano...terisco” en su lugar.

¿Podría ser que hoy día la antigua ortografía de la palabra no se conozca en California y entonces, al no reconocerla, sospecharon que se trataba de algún implemento de granja? Cualquiera sea el caso, escapó a las tijeras del“censor de temas profanos”, que dada la historia etimológica parece irónico.

Mientras tanto, los fanáticos de Kavanagh tal vez se están preguntando si este sitio web incluye algunos de sus poemas que hablan de asnos.

Qué barbaridad, no los encontré. Por el momento sólo cabe imaginar qué haría el editor californiano con un verso que empieza diciendo “Nos llevamos prestado el dinero del *** de Kerr”.

Corresponde aclarar que hay cierto debate sobre si fue el espíritu puritano lo que llevó a la divergencia entre arse y ass. Esta posibilidad es congruente con la tendencia norteamericana al eufemismo,como llamar “restroom” [literalmente, sala de descanso] al baño público. Pero la historia se enreda con la cuestión del acento rótico (que pronuncia la /r/)yno rótico (que no la pronuncia). Así que no estoy seguro.

Si originalmente ass era un intento por usar una palabra más decorosa, los estadounidenses ahora se han ido al otro extremo después de haber adoptado una referencia anatómica todavía más específica: asshole [literalmente, “orificio del ano”; figurativamente, estúpido].

En un libro sobre el tema publicado hace unos años, Ascent of the A-Word, Geoffrey Numberg sugirió que esto era una consecuencia indirecta de la Segunda Guerra mundial. Traída de Europa por los soldados norteamericanos, la palabra asshole se cuela en la literatura a través de Norman Mailer y luego es popularizada por las feministas de la década de 1970, que la usaban “para embestir contra la insensibilidad masculina”.

Pero claramente los soldados norteamericanos no pueden haberla aprendido de los franceses. Ninguna de las dos especies de “la palabra que empieza con a” tiene algún significado en Francia, razón por la cual los padres de un entrenador de fútbol que ahora vive en Londres pudieron bautizarlo con el nombre Arsène, sin preocuparse de lo que pudieran decirle sus compañeros de escuela.

Tengo incluso un ejemplo más patente de la diferencia que hay entre el inglés y el francés: en el último encuentro internacional de rugbiers sub-20 que tuvo lugar la semana pasada en Donnybrook, los fans irlandeses y mayoritariamente jóvenes que me rodeaban en la tribuna se divirtieron a más no poder con el nombre de uno de los equipos visitantes:Faraj Fartass [literalmente, trasero flatulento].

Que fuese un wing rápido que parecía impulsarse a fuerza de gases no hacía más que aumentar la diversión. Así que fue gracioso cuando hizo el primer try a favor de Francia. Y todavía seguía siéndolo cuando anotó el segundo. De haber marcado un triplete —cuando Irlanda a duras penas consiguió una ajustada victoria—, seguro habría acabado con el buen humor de los hinchas locales. 

Por suerte no pasó.

De todos modos, pensé que había sido una suerte que al joven Faraj le hubiese tocado ir a la escuela en un país francófono. De hecho, para un escolar de allá, la verdadera desgracia es llamarse Peter. Al poner el acento en la primera "e", el verbo resultante es el equivalente francés de“tirarse pedos”. Y si alguna vez tenés planes de intimar con una francesa, es mejor que sepas que el sustantivo de peter es pet... con una "t" silenciosa pero letal.

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